¿Me haces un favor?
—¿Me haces un favor?
—¿Qué clase de favor?
—¿Quieres tenerme mis
avioncitos de papel durante todo
el recreo?
—¿Durante todo el recreo?
—Sí, es que tú eres mi cielo.
Y a mí qué me importa
Y a mí qué me importa que
ya no me quieras.
¿Es que acaso no oíste
cuando hace seis meses,
dos días, cuatro horas,
quince minutos y tres
segundos,
te dije: —Hágame el favor
y me tiene mi cariño y
mi bufanda
que dentro de un rato vengo
por ellos.
Claro que no estoy negando
que hace seis meses,
dos días y cuatro horas, me
devolviste la bufanda.
Después de superar
Después de superar
treinta y dos miedos y medio
por fin tuve el valor de
acercarme a ti
y decirte:
—Buenos días.
Y luego de un silencio que
duró medio miedo,
pude agregar:
—¿Verdad que está lloviendo
mucho últimamente?
Después de superar
treinta y tres miedos
por fin tuve el valor de
acercarme a ti
y junto al buenos días
ofrecerte una bolsa de
palomitas de maíz.
Espero que te hayas dado
cuenta
de que por lo menos una de
las palomitas era
mensajera.