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martes, 30 de noviembre de 2010

Manchando-te


Pintando unos faroles mi mano derecha quedo teñida de rojo

Con nada he podido quitar las manchas de mis dedos

Y quisiera más que todo tenerte cerca

Y deslizar mi mano por tu camisa

Y tatuar un camino rojo por tu espalda

Para que no se te olvide

Que cada rincón tuyo me perteneció

Y que si seguís jugando conmigo

Te vas a salir quemando

Y las marquitas rojas en tu piel

Se van a volver permanentes.


miércoles, 17 de noviembre de 2010

Secuelas: Casuales/Causales

Luego de una sesión de amor
Esta mañana examino mi cuerpo
Y encuentro
Un gran moretón en mi rodilla izquierda
Casual/Causalmente con forma de corazón

lunes, 15 de noviembre de 2010

Callate y besame


martes, 2 de noviembre de 2010

35

Mi cuerpo es mi genuino patrimonio.

En él están escritos el cuerpo de Raquel

y él cuerpo de Rocío.

De otros no tengo rastros

o al menos no me importan

los turbios arabescos de su caligrafía.

¿Dónde este cuerpo habrá dejado huellas?

¿Qué otro cuerpo leerá

la abandonada letra de mi piel?


Hay por ejemplo partes de mi vientre,

de mis piernas falsamente labriegas,

del ramaje morado de mis várices

de mis dientes sin oro,

de las consolidadas arrugas de mi frente,

de mis testículos dispares,

de mis uñas mordidas.

Hay partes que conozco de memoria.


En cambio ignoro todo

o casi todo de mi espalda,

de mi nuca de huérfano,

del pedregal de mis costillas,

de mi trasero el pobre.


Sin embargo mi cuerpo es el único mío.

El alma es apenas su inquilino,

con contratos a término

hasta la fecha siempre renovados.


Ya llegará la noche en que mi cuerpo

le intime el desalojo, resignado

a quedarse vacío,

inmóvil en la nada que le cuadre.


Bah, para qué jugar con mis escombros.

Ya jugará el futuro, ese tunante.


Por ahora mi cuerpo de Raquel

no es igual a mi cuerpo de Rocío.

Indago en la memoria de mi piel:

¿Cuál de ellos, sin ellas, es el mío?


Andamios - Mario Benedetti


Los hombres en mi vida/ suelen quedarse marcados en mi piel/ en moretones imaginarios,/ por ejemplo/ hace tres años Paulo dejo su firma/ en unos grandes rastros purpuras debajo de mis dos rodillas./ Hace dos años/ W. se alojo en mis recuerdos/ de una muñeca fracturada/ y unas señales de violencia en los costados mi cuerpo./ Hace unos meses/ sin poderlo disfrutar a gusto/ Mordelón también dejo su marca en mí,/ en largos moretones en mi pierna izquierda /y un dolor que duro 4 semanas.

Así mismo otros,/ que no vale la pena mencionar,/ han tenido su pequeño maltrato-recuerdo en alguna extremidad de mi piel.

A veces examino minuciosamente mi cuerpo/ buscando los rastros de quienes pasaron por mis labios./ Lastimosamente mi cuerpo se recupero por completo/ de todas las secuelas,/ de todas las huellas./ Mi alma por otra parte/ aun los recuerda,/ no como cálidos amantes, ni como fabulosos orgasmos,/ sino como signos de mi destrozado cuerpo,/ heridas de batallas/ que deja el corazón en mi piel.


Tu

"A veces un recuerdo de ti es mas puro, mas triste, mas erótico y mas feliz, que el simple hecho de tenerte cerca."