Caminando en Circulos

De repente aparece en mi puerta el doctor que por tantos años me gusto y con quien solo pude tener un breve tiempo de caminatas por la ciudad y de besos tan románticos que parecían mentira.
El reencuentro fue amistoso e inocente, nada ha cambiado seguís siendo el mismo moreno sonriente. Me invitan en la noche a salir, va su “novia” perfecto! Plan violín para Alejandra, sentirse incomoda en un rincón mientras piensa en el corto tiempo que disfrutaron el uno del otro, en lo injusta que fue la situación y en como ahora cuando lo observa tomado de la mano con la flaca de ojos grandes ya no hay nada que hacer, será ponerse la mejor mascara y tratar de sonreír hasta que la noche se acabe. Se va la flaca y pienso por un momento que tal vez esta noche si se puedan dar las cosas, nos vamos de fiesta crepúsculo (donde bailan rock and roll hasta el amanecer), la música se mete en mi sangre y mi corazón palpita al ritmo de “It's DARE It's coming up” no puedo dejar de bailar, logro olvidar su presencia y me proponga pasarla bien; le ofrezco un trago y me dice que no, que se va a emborrachar y que le dan ganas de besarme, me desarma el corazón y los planes de fiesta, le digo que que se le va hacer que eso son cosas que tienen que pasar, y siento unos labios que me helaron los huesos, unos labios que hicieron desaparecer el efecto del alcohol, el lugar y toda la gente que nos rodeaba.

Pienso que ya, que el orden de la noche esta dictado y que al menos por este día sus manos y sus ojos estarán conmigo, me equivoco, sigue la música y el descontrol, la bajita de negro lo busca lo persigue lo besa, yo no estoy en condiciones de pelear por la atención de nadie así que dejo que pasen las cosas con lo que finalmente el Doc resulta yéndose con ella.

Pobre doc, solo le importa que le regalen cariño sea quien sea, no sabe rechazar un beso y tampoco nunca lo busca.

Amargada y con frio me la paso lo que resta, sin plata sin gente y un poco nostálgica pensando en que solo pude tener ojos para el Doc (mientras que el tuvo ojos para cualquiera que le regalara un beso), maldito doctor que aparece y desaparece de mi vida en intervalos muy grandes de tiempo y nunca pero nunca se logra quedar lo suficiente como para tener la certeza de que en ese instante soy su primera opción.

Vuelvo a estar desarreglada frente al pc, exactamente igual que ayer, con la misma ropa, con la misma tristeza y con el mismo vacio en el corazón, como si nada hubiera pasado.