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domingo, 10 de mayo de 2009

El Bar de Byron

En la esquina de mi casa justo al frente de mi ventana en las noches se abre un garaje oscuro y polvoriento cuyo olor a colillas de cigarrillo y botellas vacías deprime a todo el que cruza por el lugar, es un bar improvisado por el viejo Byron donde la salsa es la reina de la noche, una música antigua y social que a todos nos evoca oscuros recuerdos y nos incita a tomar y tomar cerveza, pasada la noche la música y el ambiente de antro de mala muerte hace que terminemos en la mitad del salón bailando y cantando al son de Héctor Lavoe. Allí conocí los pequeños placeres que me han atado a esta ciudad, Byron es un tipo muy amable que de tanto ir todas la noches ya me abrió cuenta y en ocasiones cuando a las 7pm la noche me llama porque por la ventana entra el ritmo de “el sol de la noche” y no tengo dinero le digo: viejo Byron apuntáme una pola y el dice claro luego me la pagas y así es, apretada ando de los bolsillos de tanto dejarme seducir por el entorno de perdición que nos despierta la salsa del callejón.

Allí comenzó la tortura amorosa con el fulanito, allí lo encuentro todas las noches y me siento en la misma mesa y me vuelvo un desastre y no hablo y lo aburro y me da rabia conmigo misma. Allí caí en la trampa de W cedí al ron en la madrugada y a un par de palabras bonitas para luego enterarme de que su novia era una de las personas que mejor me trato en la carrera (culpabilidad), también allí me cuentan que W hace días no aparece que anda perdido luego de que se quedara fuera de la universidad por 5 años, que falla W que falla no poder consolarte ni darte un abrazo y que las cosas se malinterpreten.

En el bar confesé mis penas a un amigo que más tarde al analizar la situación y hablar con el fulanito me dice: usted prácticamente no existe para él, que dolor que dolor de corazón tan verraco.
Hace unos días sin un peso encima y abusando de mi cuenta en el bar en medio de una horrible embriaguez por cigarrillos me gritan: hey cuñada hey cuñada y yo no respondo y sigo y pasa la noche y “el galán” me saca a bailar y hablamos y nos reímos y todo pasa tan normal… a la mañana siguiente me levanto con un poco de guayabo y al lavarme la cara y mirarme al espejo recuerdo que quien me gritaba cuñada era el hermano del galán y me tiro en la cama deprimida porque quien si se porto amable y se tomo la molestia de conquistarme no me inspira ni un mal pensamiento, que suerte la mía!

Que mal Alejandra que mal has hecho las cosas me quedan dos semanas tormentosas en las que el desespero de la noche y la música en mi ventana me obligan a bajar y encontrarme con cualquier par de físicos que me siguen la corriente y bebemos y bebemos, siempre en el grupo está el fulanito o W o el galán o cualquier otro que ahora me hace sentir incomoda pero que evito al máximo hasta que un par de litros de cerveza me borran la memoria y solo puedo reírme y sentirme libre y feliz y fumar y fumar y fumar entre cualquier salsa que me resucita las ganas de enamorarme y por la cual cada noche termino embarrándola más.

¿Que porque sigo yendo? En el fondo es solo la esperanza de que alguien en medio del humo y el desastre de la noche me cante: Quieres bailar conmigo, cariño.
En el norte de Escocia lindo, como no. Sobre el sol de la noche clara, mi vida
Oye quieres bailar conmigo, cariño.


2 comentarios:

Unknown dijo...

si hacer las cosas mal es darle rienda suelta al desbocado corazón, entonces todos somos un cúmulo de errores...pienso que es solamente con la desinhibición que nos proporcionan aquellos sucedáneos, cuando las máscaras caen y la ausencia de máscara (que al final no es sino otra máscara) devela al yo que quiere expresarse, gritar, abrazar, besar y otros tantos etc, sin la preocupación de siempre, sin el odioso qué dirán, o el molesto pepe grillo, que con sus exclamaciones matinales incrementa más la resaca de conciencia, que entre otras deberia ser un estado de letargo sin memoria ni culpabilidades morales... en fin, me alargué... es el síndrome del lunes antes de almuerzo ;)

ya lo dijo alguien más y mas compactito:

"pago por todo lo bailao"

animo que acá ya empezamos la colecta para el galón de Ron pa su bienvenida!


besos inocentes y resacosos

su amiguirris

Leo Legris

Gastón dijo...

Hay callejones sin salida a los que hay que entrar.

Y bares nocturnos de mala muerte que nos llena de vida, porque nuetras almas necesitas volar entre el humo y nuestros cuerpos bailar entre copas.

Te mando un beso junto a una invitación por las calles empedradas para bailar al ritmo de nuestros corazones