De miedos y tristezas

Y hoy me ataca de nuevo ese sentimiento de no querer ser adulta de que no pase nada malo en el mundo, de que nadie muera y nadie sufra...
Una de las personas mas importantes en mi vida esta en le hospital, estoy feliz porque ya esta fuera de peligro pero no puedo dejar de sentirme miserable al imaginarmelo en una cama sin poder moverse o hablar con los recuerdos confusos y perdidos, siento que perdio lo que lo hacia ser él esa construccion de cariños y opiniones que le tomo toda una vida, me imagino sus ojos tristes y vacios que no miran a nadie que no reconocen que ni se preguntan que esta sucediendo, me lo imagino preocupado por comer y dormir me lo imagino otra persona y me duele en lo mas profundo, quiero renunciar quiero dejarlo todo y correr a cuidarlo quiero saber si al verme un pequeño destello de cariño se prende en sus ojos quiero que este bien y que me recuerde y no quiero enviar mas recados quiero verlo yo misma y decirle... tal vez nada tal vez solo abrazarlo.

Me invaden sentimientos y tristezas y se quedan estancados entre mi corazon y mi garganta no logran salir no logro hablar con nadie sobre como me siento y comienzo a pensar que es peligroso que en cualquier momento voy a explotar o a demoronarme y me da miedo el mundo y la vida y salir a la calle y perderme.
Aqui la cosa esta cada dia mas dura y me siento vulnerable y asustada, hace un rato mataron a un estudiante en la universidad y parece que cada conversacion incluye un mayor numero de caidos y la gente empieza a ponerse paranoica y yo solo atino a sentirme mas pequeña e indefensa.

Quisiera hoy dormir con unos brazos a mi alrededor y sentirme segura amada deseada tranquila, una sutileza confortable.

Fumo y fumo y fumo y me duele la garganta y estoy mareada y no puedo dejar de fumar, me fastidia ser una persona eternamente triste pero mi suerte no me ha permitido que sea de otra forma, que falla, no se me ocurre nada para subirme el animo o para encontrar algo de paz. Alguna idea?

Me estoy atando los zapatos, contento, silbando, y de pronto la infelicidad. Pero esta vez te pesqué, angustia, te sentí previa a cualquier organizacion mental, al primer juicio de negación. Como un color gris que fuera un dolor y fuera el estómago. Y casi a la par (pero después, esta vez no me engañas) se abrio paso el repertorio inteligible, con una primera idea explicatoria: Y ahora vivir otro dia, etc. De donde se sigue: Estoy angustiado porque... etc.
Me desperte y vi la luz del amanecer en las mirillas de la persiana. Salía de tan adentro de la noche que tuve como un vómito de mi mismo, el espanto de asomar a un nuevo día con su misma presentación, su indiferencia mecánica de cada vez: conciencia, sensación de luz, abrir lo ojos, persiana, el alba.

67 Rayuela